Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Que el ejercicio sea fundamentalmente bueno para la salud física y mental no es ninguna novedad. Ya desde la década de los setentas se conoce, a través de diversos estudios, que el ejercicio es una manera natural de prevenir y contrarrestar la enfermedad de la depresión. Además no tiene efectos secundarios como náuseas, temblores, cambios en el peso corporal o trastornos del sueño, como sucede en algunos casos con los medicamentos antidepresivos.
Durante un estudio realizado en Duke University en 1999 se demostró que un grupo de pacientes adultos con depresión sometidos a un plan de ejercicio aeróbico mejoraban tanto como aquellos medicados con sertraline, medicamento que Pfizer comercializaba en aquel tiempo bajo el nombre de Zolof, y que hizo ganar a este laboratorio 3 mil millones de dólares anuales hasta que perdió la patente en 2006. Todos los estudios posteriores han confirmado que el ejercicio aeróbico cura, previene y evita recaídas de depresión.
Todo esto es antecedente para que el doctor Jasper Smits hoy en día trabaje en su clínica de Dallas sobre un método poco ortodoxo para el control de la ansiedad, la depresión y otros trastornos de la mente. Se trata sencillamente del ejercicio.
Paralelamente, tanto biólogos moleculares como neurólogos de la Universidad de Gerogia, han confirmado que el ejercicio activa la química cerebral a través de la segregación de serotonina y norepinefrina, neurotransmisores clave para el saludable funcionamiento del cerebro. La activación de estos neurotransmisores es la misma que provocan los medicamentos antidepresivos.
Para los científicos la razón de todo esto suena bastante lógica, el ser humano no está diseñado para la inmovilidad o el sedentarismo, y se inclinan a pensar que la condición natural y "normal" para la mente y el cuerpo de los mamíferos es el movimiento, ya que de esta forma ocurre un aumento del factor neurotrófico derivado del cerebro (BDNF, por sus siglas en inglés), sustancia esencial para el mantenimiento celular del cerebro.
El tratamiento del doctor Smits en esta fase recomienda una "dosis" de treinta minutos diarios de actividad física moderada o treinta minutos de actividad intensa tres veces por semana. En términos generales es el tiempo que se recomienda para mantener una buena condición física y la que ha demostrado tener beneficios antidepresivos mucho más inmediatos que los medicamentos. No obstante aún no se hacen los suficientes estudios clínicos como para determinar si el ejercicio anaeróbico puede generar beneficios o si la dosis señalada sea igualmente efectiva para pacientes con depresiones severas. De cualquier modo, el método de Smits apunta hacia un diagnóstico muy positivo para el tratamiento de la depresión con base en la actividad física.
Fuente: Time.com
Imágenes: adria.richards @flickr y Archivo
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