Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
El ruido es un sonido carente de significado, incapaz de aportar elementos de conocimiento o interés. En otros casos sonidos significativos como la música, pueden convertirse en ruido por sobrepasar un nivel saludable para la audición.
En un sentido más amplio, ruido es todo sonido percibido no deseado por el receptor y se define al sonido como todo agente físico que estimula el sentido del oído.
Diversos estudios coinciden en señalar a los vehículos motorizados como las fuentes de ruido de mayor trascendencia en las grandes ciudades.
Los niveles y espectros del ruido se clasifican en función de diversos parámetros como: tipos de vehículo, carga transportada, estado de la infraestructura urbana.
Estos ruidos lógicamente provocan contaminación ambiental y en el hombre pueden ocasionar desde molestias a daños más serios. Algunos efectos pueden ser: dolor de cabeza, dificultad para dormir, defectos auditivos y tensión nerviosa.
Muchas de estas consecuencias suelen no manifestarse hasta años después de su acción, siendo la principal la pérdida auditiva que puede derivar, en el peor de los casos, en una sordera permanente. Los niveles de ruido constante, aunque no superen los máximos permitidos, aceleran los procesos que desencadena la sordera, de tal forma que tenemos un oído mucho más viejo del que correspondería a nuestra edad fisiológica.
En otras ocasiones la exposición a ruidos de poca duración, pero de gran intensidad, precipitan este trastorno irreversible y para el que no existe tratamiento alguno.
Cuando percibimos un ruido, incluso se puede llegar a generar el abandono de actividades realmente previstas, sobre todo en sonidos de alto nivel de impulsión, como pitos, sirenas, y explosiones. En estos casos se produce una estimulación central del tronco encefálico ubicado en el cerebro; si el sonido es intenso se desencadenan procesos para un rechazo específico del mismo, como son por ejemplo una menor irrigación sanguínea específica y una mayor actividad muscular.
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