Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Aunque el embarazo puede ser una etapa hermosa en la vida de una mujer, también puede traer sus problemas: por caso, el aumento del propio peso puede acarrear dolores de espalda.
En principio, se recomienda tratar de controlar la ganancia de kilos, siempre con seguimiento profesional, para que no se engorde de más. Además de una alimentación saludable y suficiente, la actividad física también puede sumar puntos para mantenerse dentro del peso esperable, según cada mujer y cada etapa de la gestación.
Pero además, el ejercicio también contribuirá a estirar los músculos y a evitar y/o aliviar los malestares o dolores. Caminar, nadar o hacer yoga pueden ser alternativas ideales para mujeres que están en la "dulce espera". Otra opción es andar en bicicleta estática, de forma lenta y sin esforzarse de más.
Con respecto al calzado, otro ítem importante a la hora de prevenir dolores de espalda o pie, no hay que perder de vista que deben ser cómodos y de taco bajo, que den buen apoyo a los pies, los sujeten pero sin lastimar.
Esencial será también prestar atención a la postura: tanto de pie como sentada, que la espalda y los hombros permanezcan rectos, pero sin tensar. Si se tiene que levantar algún objeto pesado, siempre se deberán flexionar las rodillas para hacerlo, y nunca doblar la cintura. Que la fuerza la hagan las piernas, y no la espalda.
A la hora de lavar los platos, cocinar o planchar, se recomienda hacerlo colocando, alternativamente, un pie sobre un escalón, para evitar la sobrecarga en la zona lumbar.
Si eres de quienes deben seguir trabajando, y lo haces, por caso, sentada frente a un ordenador, se aconseja asegurarte de que tu lugar de trabajo sea ergonómicamente adecuado. Recuerda que la parte superior del monitor no debe exceder el nivel de los ojos. Mejor será también si puedes apoyar tus pies en un pequeño banco, con el fin de aliviar la presión ejercida sobre las piernas y los pies.
Otro hábito que será beneficioso incorporar es el de levantarse y estirar las piernas, de manera periódica (cada media hora).
En casa, los consejos son sencillos: descansar lo más posible y pedir ayuda, si es necesario. Procurar sentarse y colocar los pies sobre alguna superficie elevada de manera frecuente. Si hay mucho cansancio, no resistirse a las siestas.
Con respecto a la posición para dormir, recuerda: será mejor hacerlo de costado con una almohada cervical para la cabeza, que quite el peso a los hombros y proteja el cuello, otra entre las rodillas para aliviar la presión a la espalda baja, y una más delgada debajo de la panza.
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