Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
vía Blog de Salud y Belleza de Gema el 16/03/11
Las hemorroides son dilataciones de las venas de los plexos venosos, que se encuentran en la mucosa del recto o del ano. Las causas pueden ser debidas a factores hereditarios, diarreas que producen irritación, estreñimiento, estar de pie o sentado durante mucho tiempo seguido y también se pueden producir en las últimas semanas del embarazo.El tratamiento para las hemorroides consiste en mantener una buena higiene anal y evitar rascar las hemorroides, para que no se produzcan infecciones; será necesario corregir el estreñimiento añadiendo fibra a la dieta. Son beneficiosos alimentos, como las frutas, verduras, cereales integrales y beber mucha agua y evitar comidas muy sazonadas o picantes y alcohol.
Será necesario corregir las diarreas y evitar esfuerzos al defecar, por ésto es tan importante y reducir así el tiempo de defecación; procurar que no se produzca estreñimiento, para eliminar de esta forma los esfuerzos, mantener una correcta limpieza anal mediante baños con agua tibia, incluso si fuese necesario, se puede aplicar hielo o compresas frías en la fase aguda del trastorno, para disminuirel hinchazón y darse luego baños calientes en la zona dos o tres veces al día, ya que esta secuencia frío – calor, es una forma de aliviar temporalmente, el dolor producido por hemorroides externas.
Las hemorroides asintomáticas no requieren tratamiento, aunque se debe evitar el empujar durante la defecación para disminuir al máximo el sangrado y el prolapso. Los supositorios y los ungüentos rectales son de escaso valor en el tratamiento de hemorroides internas, porque sólo tienen efecto anestésico transitorio.
Si las hemorroides son reducibles, deberán de ser empujadas al interior del recto mediante presión suave; después de haber sido reducidas, la inflamación externa desaparecerá. Cuando las hemorroides han sido reducidas, podrán mantenerse en su posición mediante compresas heladas empapadas con agua y aplicarse baños de asiento en agua tibia (nunca caliente).
Las hemorroides que aparecen después del parto o en el puerperio no deberán tratarse quirúrgicamente hasta que haya pasado un tiempo, suficiente para determinar si persisten o no; en cambio las hemorroides que sobresalen al exterior, trombosadas e inflamadas, deberán tratarse mediante cirugía.
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