Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Adelgazar y equilibrio emocional deberían ser dos conceptos que deberían ir siempre juntos, por eso que queremos compartir este artículo tan interesante.
Hoy en día, el tema de adelgazar, estar a dieta y mantener un cuerpo bello y esbelto se ha convertido en algo más que una deseo de nuestra sociedad, casi diríamos que una obsesión.
El poder estar bien de salud y cuidar el cuerpo es algo positivo y bueno para el individuo, pero no hay que olvidar que estamos hablando de una meta personal como cualquier otra en la que median los mismos factores que para poder lograr cualquier cosa que nos propongamos.
No es una cuestión de adelgazar por adelgazar, ni adelgazar en dos semanas lo que querría haber logrado en todo un año. Así sólo podemos caer en trastornos de alimentación, en desmotivarnos, en darnos por vencidos y renunciar a algo que en principio puede ser hasta saludable y bueno para cada uno. Cada vez vemos más la relación entre adelgazar y equilibrio emocional ya que si no estamos bien difícilmente adelgazaremos o lo haremos a costa de nuestra salud física y mental.
¿Cuáles son los factores que influyen y tienen que ver con la posibilidad de alcanzar mis metas?
Para poder armonizar adelgazar y equilibrio emocional o sea alcanzar el objetivo de pérdida de peso de forma saludable y eficaz hay que tener en cuenta estos factores:
- Tiene que ser un deseo, no una necesidad: si lo percibo como una necesidad desesperada, en el momento en que me encuentre la más mínima dificultad para lograrlo me derrumbaré y pasaré al otro extremo, me daré por vencido. En cambio si es algo que yo quiero lograr, pero que no me va la vida en ella, mantengo la constante y la motivación a pesar de las dificultades.
- Adelgazar y equilibrio emocional: No es cuestión de intentar cambiar lo que yo soy, sino mejorar algún pequeño aspecto de mí mismo. Si parto de un equilibrio emocional y cierta estabilidad y madurez personal, seguramente mi meta será más factible, porque consigo ser más realista con mis metas y la comida no se convierte en un factor que me desestabilice. Si ya parto de un ánimo con altibajos, una dieta no va a ser sigo algo más que contribuye a crear confusión y picos extremos en mi ánimo que cuando estoy bien será positivo, pero cuando estoy mal será depresivo y desmotivante.
- No depositar mi autoestima en ello: una meta o un objetivo no tiene que ver con lo que somos, la persona es mucho más de las cosas que logra en la vida. Si no deposito mi autoestima en cada kilo que pierdo de peso, puedo mantener más el equilibrio emocional del que hablábamos y por lo tanto la constante si son varios kilos los que quiero perder.
- Considerar que es una batalla de fondo, no de rapidez. Lo suyo es aprender a comer para perder y mantener un peso, no experimentar a lo largo de una vida subidas y bajas tremendas de peso sobre las que no tengo control.
- La salud es lo primero: por encima de todo, tiene que estar la persona, lo que tú eres, lo que necesitas y lo que te viene bien, para ello tengo que aprender a cuidarme en todos los aspectos, no sólo en el peso, todo va unido si no me cuido en todo o no sé hacerlo, seguramente tampoco sabré hacerlo a la hora de llevar una dieta. ¡Recordemos lo de adelgazar y equilibrio emocional!
- Hay que mantenerse al margen de la influencia social, de los cánones sociales y de los ideales: No somos un patrón, ni máquinas todas iguales que funcionan y rinden igual. Por ese motivo cada persona tendrá su peso ideal en torno a un margen. Hay personas que son más esbeltas y otras personas que son más anchas por su constitución. No puedo ser otra persona y la pérdida de peso no consiste en intentar ser otro, sino en intentar estar bien y sentirme bien también con mi cuerpo. Por ese motivo todo lo tengo que centrar en mí, en lo que voy logrando, no de forma comparativa, sino personal e individual.
Conclusión básica sobre adelgazar y equilibrio emocional
No hay que olvidar que adelgazar como decíamos no es sólo una cuestión de seguir una dieta, sino que también influyen en ese proceso factores psicológicos de la persona. Es necesario transformar la obsesión social por adelgazar en un gusto personal por cuidarme y estar sano, que no es exactamente lo mismo.
Ser obsesivo es algo rígido y dañino. Un gusto o un deseo, es algo positivo, constructivo, que motiva y que te ayuda a avanzar hacia el futuro.
Olvidarnos del aspecto psicológico de una persona cuando quiere adelgazar es olvidarnos de la humanidad de esa persona, de su esencia más fundamental y convertirla de algún modo en maquinaria.
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