Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
El Acoso Escolar, Bullying o Matoneo representa un tipo de violencia que puede ser verbal, física, psicológica, directa e indirecta. Podríamos definir el acoso escolar o bullying como un acto intimidatorio tanto físico como sicológico.
Es importante tener en cuenta que existen 3 criterios principales para determinar si tu hijo está siendo víctima o no de bullying, estos son;
1. Debe existir la intención clara de hacer daño.
2. La agresión debe ser perdurable y constante en el tiempo.
3. Demostrar un desequilibrio de fuerzas.
Las consecuencias del acoso escolar son muchas y profundas. Para la víctima de acoso escolar, las consecuencias se hace notar con una evidente baja autoestima, actitudes pasivas, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, etc. También se suman a eso, la pérdida de interés por las cuestiones relativas a los estudios, lo cual puede desencadenar una situación de fracaso escolar, así como la aparición de trastornos fóbicos de difícil resolución.
Puedes detectar a una víctima de acoso escolar puesto que presenta un constante aspecto contrariado, triste, deprimido o afligido, por faltar frecuentemente y tener miedo a las clases, o por tener un bajo rendimiento escolar. También presenta dificultad para conciliar el sueño, dolores de estómago, pecho, de cabeza, náuseas y vómitos, llanto constante, etc. Sin embargo, eso no quiere decir que todos los niños que presenten este cuadro estén sufriendo por un acoso escolar.
Generalmente las víctimas de bullying son retraídas y de baja autoestima, los agresores tienen problemas de conducta y de agresión : En el ámbito familiar encontramos una inestabilidad en la estructura familiar, falta de vínculos afectivos, abandonos, convivencia familiar escasa o pobre, contradicción, autoritarismo, pasividad, imposiciones, presencia de actos violentos, permisividad.
En cuanto a los efectos del matoneo sobre los propios agresores, algunos estudios indican que los ejecutores pueden encontrarse en la antesala de las conductas delictivas. También los espectadores, el grupo de la masa compañeros, de un modo u otro, se sienten amedrentados por la violencia que presencian, se sienten afectados, pudiéndoles hacer sentir que ningún esfuerzo vale la pena en la construcción de relaciones positivas.
Para los niños bullys, la convivencia con los demás niños es muy difícil y esta situación les hace actuar de forma autoritaria y violenta, llegando en muchos casos a convertirse en delincuentes o criminales. En la mayoría de los casos se comportan de una forma irritada, impulsiva e intolerante. No saben perder, necesitan imponerse a través del poder, la fuerza y la amenaza, se meten en las discusiones, toman los útiles de sus compañeros sin su consentimiento, y exteriorizan constantemente una autoridad exagerada.
Debemos tener en cuenta que el fracaso escolar no es una característica directa del bullying, también existe n factores dentro del ambiente escolar que propician las agresiones como actitudes de falta de coordinación y colaboración del profesorado y permisividad del profesorado entre otras.
Pero eso sí lo que debemos tener claro es que la consecuencia más evidente y contundente es la disminución del rendimiento escolar tanto en víctimas como en agresores.
No olvidemos que el hecho que la asistencia a clase sea obligatoria y que implique necesariamente formar parte de un grupo aumenta el malestar experimentado por quien sufre el maltrato de sus compañeros. Además son las víctimas y no los agresores, los alumnos a los que se les suele cambiar de colegio o instituto para evitar la situación, con lo que el agresor sigue en el mismo centro y puede continuar con sus batallas contra otro alumno.
En las víctimas de acoso escolar se encuentran daños físicos evidentes pero también daños sociales como la inhibición o el retraimiento, daños psicosomáticos como pesadillas, falta de apetito, trastornos gastrointestinales, etc., así como psicológicos (síntomas de depresión, ansiedad, frustración) y conductuales en forma de agresión, irritación o rutinas obsesivas.
Cuanto más grande es la escuela hay mayor riesgo de que haya acoso escolar, sobre todo si a este factor se le suma la falta de control físico, vigilancia y respeto; humillación, amenazas o la exclusión entre personal docente y alumnos.
La victima sufre evidentes consecuencias, baja autoestima, actitudes pasivas, pérdida de interés por los estudios lo que puede llevar a una situación de fracaso escolar, trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad, pensamientos suicidas, lamentablemente algunos chicos, para no tener que soportar más esa situación se quitan la vida.
Para prevenir las causas y evitar las consecuencias, la intervención debe ser siempre conjunta entre padres, profesores y profesionales de la psicología para poder abordar el caso desde diferentes perspectivas y el resultado sea el óptimo.
Gracias
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