Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Como en todo lo relacionado con el cuerpo y con nuestro bienestar y salud, la alimentación es un pilar básico. A través de los alimentos incorporamos no sólo la energía que requerimos para nuestra vida diaria sino también todos los químicos y sustancias esenciales para el correcto funcionamiento del organismo.
Por lo tanto, la alimentación también desempeña un papel principal en el sistema inmune, es decir, tiene mucho que ver en el estado de nuestras defensas, aquéllas células especializadas en proteger nuestro organismo de los agentes patógenos. Veamos en este post una primera entrega de los nutrientes que mayor protagonismo tienen en lo que a las defensas refiere:
-Vitamina C: potencia la inmunidad gracias a que incrementa la síntesis de interferón, un factor celular que evita que una amplia gama de virus infecten las células. Además, al contribuir en la formación de colágeno, constitutivo esencial de la membrana celular, también ayuda a mantener las barreras naturales de protección de las células en óptimo estado. Lo cierto es que un déficit en esta vitamina provoca también que ciertas células de defensa, responsables de la destrucción de los microorganismos, no puedan dirigirse como corresponde hacia ellos para destruirlos.
En cuanto a las fuentes alimentarias de este nutriente, recuerda: además de las frutas cítricas, también esta presente en el kiwi, melón, fresas, mango, y verduras como la col, los tomates, los pimientos verdes o las patatas blancas y dulces.
-Vitamina A: también cumple un rol esencial contra las infecciones. Cuando esta vitamina falta se desencadena un desajuste en el sistema inmune que incluye una merma en el número de los linfocitos, una disminución en la respuesta inmune y en consecuencia el organismo queda mucho más expuesto a las infecciones. Las mucosas también se ven afectadas.
Esta vitamina puede ser ingerida, preferentemente, por intermedio de la leche y sus derivados, el huevo, el hígado. Así también fuentes de beta caroteno (que, cuando es necesario, el organismo puede transformarlo en vitamina A) son las verduras de color verde o de tono anaranjado, amarillento y rojo. Frutas como las cerezas, el melón o los duraznos.
-Vitamina E: varios estudios han demostrado que este nutriente también potencia las defensas, de hecho, en trabajos de investigación se ha comprobado un aumento de la respuesta inmune tras la administración de esta vitamina. Es un compuesto que incita la producción de las células de defensa, al tiempo que aumenta la respuesta de las mismas ante daño o infección.
Este excelente antioxidante natural puede incorporarse a través del aceite de oliva, otros aceites vegetales germinales como el de soja, cacahuete o coco, germen de trigo, cereales enteros, germen de cereales, vegetales de hoja verde y frutos secos.
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