Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Curar el ombligo de un recién nacido es un proceso que requiere de mucha paciencia y control. No es bueno desesperarse cuando los resultados no aparecen, de lo contrario la ansiedad podría jugarnos una mala pasada y empeorar el caso. Aquí algunas recomendaciones para hacer las cosas bien.
Si eres madre primeriza debes estar preparada para todo tipo de situaciones y nuevas experiencias que estás a punto de vivir. Hoy empezaremos con algo más sencillo, la cura del ombligo del bebé. Durante los primeros días deberás convertirse en una enfermera para tu hijo, sobre todo cuando tengas que cambiar los pañales y encontrarte con aquella pinza en el ombligo del bebé.
Algunos consejos caseros señalan que lo más aconsejable es colocar una venda a la altura del ombligo para sujetarlo hasta secarse. Sin embargo, hoy se sabe que este tipo de acciones podría causar lesiones en la piel del bebé debido al material de tela, papel o analérgico. Lo mismo sucede con las fajas, bolas de algodón y esparadrapos.
Lo más recomendable en estos casos es secar la herida con gasas estériles y dejar que el ombligo permanezca al aire libre. La gasa mojada con alcohol encima del ombligo también puede ser útil, pero no es bueno que permanezca por mucho tiempo porque causaría irritación en la zona.
Recuerda que la paciencia es el mejor aliado para la cura del ombligo, tarde o temprano, el cordón umbilical secará y se desprenderá sólo. Eso sí, por más seco que parezca no es aconsejable tirar o arrancar el cordón umbilical por lo que podría producirse una hemorragia.
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