Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Luc Montagnier, premio Nobel de Medicina y Fisiología en 2008 se encuentra en la actualidad llevando a cabo diferentes actividades investigadoras en biomedicina. Una de ellas es comprobar los efectos terapéuticos de la papaya fermentada. En un reciente artículo de la revista Toxicology expone la utilidad de este compuesto. Sin embargo en diversos medios se desacreditan estas investigaciones. En este artículo nos adentramos sobre quién es Montagnier, en qué consiste el tratamiento con papaya fermentada y por qué hay opiniones de apoyo o descrédito hacia este producto.
Luc Montagnier
Montagnier es un virólogo francés cuya principal contribución fue el aislamiento del virus VIH, responsable del SIDA, junto con la también francesa Françoise Barré-Sinoussi. Ambos compartieron el premio Nobel de Medicina y Fisiología con el alemán Harald zur Hausen (que relacionó el virus del papiloma humano con el cáncer de cuello de útero). Montagnier tuvo que dejar el Instituto Pasteur después de su jubilación (en la actualidad tiene 78 años), y desde entonces ha trabajo en el desarrollo de una cura para el SIDA, así como en la búsqueda de sustancias antioxidantes con propiedades terapéuticas, en especial el extracto de papaya fermentada.
En un reciente artículo, al que podéis acceder pinchando aquí comenté como Montagnier no niega la existencia del VIH ni su relación del SIDA. Pero en esa misma entrevista él si afirma que la correcta nutrición y las sustancias antioxidantes podrían tener una importancia capital en la curación de esta enfermedad. De hecho, para probar esta hipótesis está desarrollando un programa de investigación en el Centro de Investigaciones Biomédicas de Abidjan (Costa de Marfil) apoyado por esta institución, así como por la UNESCO, dos entidades internacionales de prevención del SIDA y un centro de prevención del SIDA de Yaoundé (Camerún).
Además Montagnier, en un trabajo realizado en la empresa francesa Nanectics Biotechnologies S.A. afirma haber descubierto una nueva propiedad del DNA, la de inducir ondas magnéticas cuando se encuentra en solución acuosa. De esta forma afirma que puede detectar de forma específica bacterias como Mycobacterium tuberculosis o Escherichia coli en plasma. Incluso afirma que en pacientes de Alzheimer, Parkinson, esclerosis múltiple o artritis reumatoide ha podido detectar la presencia de esos microorganismos en plasma mediante detectores de la resonancia producida por secuencias específicas del DNA desde el genoma de estos microorganismos. Este descubrimiento no ha podido ser reproducido por otros investigadores que ponen en duda la validez de lo que se asegura en esta publicación. Incluso algunos científicos han presentado como candidato a Montagnier al premio IgNobel 2010 por esta publicación.
Su tercera labor ha sido la del estudio de antioxidantes y su papel en la prevención y curación de graves enfermedades. Este trabajo lo está realizando en colaboración con el "Tuoro Collage" de farmacia de Nueva York, el Osato Research Institute de Japón, el ReGenera Research Group for Aging Intervention de Milán, Italia y el departamento de hematología del E.Wolfson Medical Center de Holon, Israel. Este trabajo está ligado al uso terapéutico de la papaya fermentada.
La papaya fermentada
La papaya (Carica papaya) es una fruta tropical de origen americano que en la actualidad crece tanto en América, Asia como África. Su fruto es carnoso y comestible. La papaya fermentada se obtiene de la fermentación por parte de determinados tipos de levadura del fruto de la papaya. Se considera a este producto un suplemento alimenticio rico en vitaminas A y C, así como en compuesto fenólicos y conjugados de la catequinas, que son polifenoles de origen vegetal con propiedades antioxidantes.
En el metabolismo aeróbico, aquel que emplean oxígeno como aceptor final de electrones, o dicho coloquialmente, al respirar oxígeno se generan radicales libres, los cuales pueden dañar al DNA y otros componentes celulares. A esa oxidación se le ha hecho responsable de daño celular que ocasiona tumores, envejecimiento o alteraciones del sistema inmune. Todos los organismos producimos sustancias que tienen capacidad de captar estos radicales libres, si bien es cierto que las plantas son las principales productoras de las mismas. Compuestos aromáticos derivados del fenol, del ácido gálico, de los taninos o del ácido cinámico funcionan como antioxidantes, por lo que se recomienda que formen parte de la dieta habitual. El extracto de papaya se supone que posee una abundancia de esos productos fuera de lo común por lo que algunos especialistas la consideran que tiene propiedades antioxidantes, al menos "in vitro".
La papaya fermentada saltó a la fama cuando Montagnier empezó a recomendarlo, junto con los antirretrovirales, en el tratamiento contra el SIDA. Su opinión era que los daños producidos por la toxicidad de estas medicinas serían reparadas por la papaya fermentada, fortaleciendo el sistema inmune, lo que retrasaría de forma importante la activación del virus. Además también lo recomendaba en procesos de envejecimiento. Tan seguro estaba de esta afirmaciones que se atrevió a recetarla al papa Juan Pablo II. La Agencia Francesa de Seguridad Sanitaria no vio este producto con tan buenos ojos. Mientras el director de la agencia, Martin Hirsch, reconoció que algunos resultados de laboratorio mostraban que "in vitro" el extracto de papaya fermentada parecía tener propiedades antioxidantes e inmunoestimulantes, se carecía de un riguroso estudio en pacientes para el ver el efecto real sobre enfermedades. La Agencia echaba a faltar estudios clínicos consistentes para poder aceptar categóricamente las afirmaciones de Montagnier. Además el dictamen critica al propio Montaigner al considerar que el expediente presentado por él parecía más próximo a un documento de divulgación dirigido al público que de un expediente científico sustentado.
Tras este pequeño varapalo Montagnier ha seguido trabajando, en colaboración con otros científicos, para estudiar las propiedades del extracto de papaya fermentada. En su último trabajo en la revista "Toxicology" que lleva por título "Applications are bioefficacy of the functional food supplement fermented papaya fermentation" prueba algunos marcadores celulares "in vitro" que, según los autores, son cruciales en el desarrollo de algunas patologías. Así en el artículo se asegura que el extracto de papaya fermentada es eficaz contra: (i) el estrés oxidativo producido por la diabetes, por lo que ayuda a mantener el sistema inmune balanceado durante esa enfermedad, (ii) potencia el sistema inmune ante enfermedades víricas tales como los rinovirus, causantes de los típicos catarros invernales, contra el virus de la gripe o el virus del SIDA, (iii) combate algunos de los efectos colaterales que acompaña la talasemia, un tipo de anemia hereditaria, (iv) contrarresta el daño hepático producido por algunos virus o situaciones de estrés metabólico y (v) combate los efectos secundarios del estrés oxidativo producido por la práctica de deporte profesional. Por todo ello, concluye que la papaya fermentada posee propiedades antioxidantes, inmunoestimulantes y anti-inflamatorias que la hacen poseer una efecto profiláctico beneficioso en casos de enfermedades crónicas, infecciosas o inflamatorias.
Las agencias de control sanitario no quedan satisfechas con estas afirmaciones, y para poder aceptar el compuesto como medicamento que trate algunas de las enfermedades estudiadas pide ensayos clínicos. ¿Quién tiene razón aquí? Desde mi punto de vista ambas tienen su punto de razón. Uno puede argumentar que si este producto no es autorizado como medicamento es porque hay intereses creados por parte de la industria farmacéutica que gusta de bloquear todo aquello que sea barato, fácil de obtener y de propiedades curativas. Y no falta razón en esa crítica, las farmacéuticas son empresas con ánimo de lucro y con muchas ganas de obtener grandes dividendos (como muchas otras empresas), y no dudan de considerar competidores a quienes les eliminen cuota de mercada. Pero los responsables sanitarios también tienen la obligación de velar por la salud de los ciudadanos, y la responsabilidad última de los problemas de salud que ocasione un producto que esté en el mercado, recaerá sobre ellos. Por eso no es descabellado que se pidan ensayos con pacientes, que demuestren la falta de toxicidad, y los efectos beneficiosos comparados con el efecto placebo. El doctor Montagnier cuenta con el apoyo de algunas empresas japonesas e italianas para llevar a cabo este desarrollo, pero desconozco si están estimando realizar las pruebas con pacientes necesarias para demostrar de forma definitiva sus afirmaciones. Esa puede ser la delgada línea que puede separar lo científico de lo pseudocientífico.
Referencias
- Montagnier L, y col. (2009) Electromagnetic signals are produced by aqueous nanostructures derived from bacterial DNA sequences. Interdiscip Sci. 1:81-90
- Arouma, O.I. y col. (2010) Applications and bioefficacy of the functional food supplement fermented papaya preparation. Toxicology doi 10.1016/j.tox.2010.09.2006
- Mahattantawee, K. y col. (2006) Total antioxidant activity and fiber content of select florida-grown tropical fruits. J. Agric. Food Chem. 54:7355-7363.
-Bernal, M.E. y col. (2010) Oxidative stress is critical in care medicine. Int. J. Clin. Pract. 64:1480-1488.
Cosas que puedes hacer desde aquí:
- Subscribirte a medicina-interna « WordPress.com Tag Feed con Google Reader
- Empezar a utilizar Google Reader para mantenerte al día fácilmente de todos tus sitios favoritos
A quién le interesa que esta investigación sea conocida y valorada como tal?... Montagnier no podrá ir en contra de una Industria tan poderosa!... Siempre se sembrará dudas con respecto a las propiedades de los productos naturales. Ojalá Montagnier víva muchos años más para destapar esta mafia oscura y tenebrosa.
ResponderEliminar