Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Una ducha caliente puede hacer mucho por nosotros, por nuestro bienestar: sea que busquemos sólo reconfortarnos o entrar en calor antes de salir a hacer nuestro trote diurno (sobre todo cuando hacer frío), o para recuperarnos y relajarnos luego de nuestra rutina de ejercicios: nada mejor que una ducha de agua caliente y bien abundante.
Del mismo modo, una ducha caliente es ideal para aliviar los síntomas de un resfriado: tanto el agua como el vapor son una descongestivo natural, lo que puede aliviar la molestia en la nariz y en los senos paranasales también. Si te sientes un poco afiebrado, recuerda que una ducha con agua caliente podrá serte de gran ayuda.
Otro beneficio: quedarse parado debajo de la caída copiosa y tibia del agua también puede ser de gran alivio para un cuello y/o espalda contracturados, el calor relaja los músculos y libera de las tensiones. Asi que si has venido de la oficina todo contracturado, una buena idea sería que te regalases una ducha caliente y dejes caer el agua sobre tus cuello y espalda por unos diez minutos o por todo el tiempo que quieras.
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