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Si estás en la "dulce espera", más aún en la última mitad de tu embarazo, no descuides tu actividad física. Si bien ya se sabe que mantenerse en movimiento, dentro de las posibilidades, cuando se espera un bebé es de beneficio desde varios puntos de vista, ahora también un nuevo estudio corrobora que puede reducir el riesgo de tener un bebé demasiado grande.
Según un estudio realizado en Noruega, aquéllas embarazadas primerizas que hacen ejercicio suave con regularidad tienen mucho menor riesgo de tener un bebé con mucho peso y, por lo tanto, de sufrir de complicaciones durante el alumbramiento.
Vale resaltar que estos resultados fueron independientes de cuánto ejercicio hacían o no antes de quedar embarazadas.
Recordemos que las mujeres que tienen bebés muy grandes (de más de 4 kilos) corren mayor riesgo de sufrir complicaciones durante o después del parto, como es el caso de hemorragias. Así también, y según explicó la doctora Katrine Mari Owe, de la Escuela Noruega de Ciencias Deportivas, los bebés también son más propensos a ser obesos cuando grandes.
Esta tendencia de bebés más voluminosos, y mamás menos activas durante el embarazo, se está generalizando cada vez más, y en todo el mundo. Más allá de que esta relación se haya observado en las madres primerizas, los expertos alientan a toda futura mamá a ejercitar regularmente durante su "dulce espera".
En este trabajo puntual, los investigadores analizaron a más 36.860 embarazos obtenidos de un estudio poblacional, Norwegian Mother and Child Cohort Study, y del Registro Clínico de Nacimientos de Noruega. Más de uno de cada 10 recién nacidos habían pesado demasiado al venir al mundo.
Entre las madres primerizas, el equipo observó que aquéllas que realizaban actividad física, al menos unas tres veces por semana, durante la 17 semana de gestación eran hasta un 25 por ciento menos propensas a tener un bebé excesivamente grande. Las que hacían ejercicio, también con una frecuencia semanal de tres, pero en la semana 30, tenían un 22 por ciento menos de riesgo de tener bebés muy pesados.
El ejercicio, concluyó el equipo, evitaría que los fetos crezcan demasiado al mantener la capacidad corporal de mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre. Los niveles altos de azúcar y la diabetes que aparecen pasajeramente durante el embarazo son factores de riesgo del nacimiento de un bebé muy grande.
Vía BuenaSalud
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