Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Los lunares, también llamados nevos, son pequeñas formaciones cutáneas, generalmente de color oscuro, que se desarrollan a partir de melanocitos o células productoras de pigmento de la piel; tienen tamaños diversos, pudiendo ser planos o abultados, lisos o verrugosos y en algunos casos crece en ellos pelo.
Por regla general son de color pardo oscuro o negro, pero también pueden adoptar el color de la piel.
Casi todos los individuos presentan alrededor de diez o doce lunares, formados durante la niñez o la adolescencia y muchos de ellos, debido a su aspecto y localización, pueden ser considerados marcas de belleza; debido a que son células pigmentadas, responden a variaciones de los valores hormonales y, por ello, los lunares pueden tener cambios durante el embarazo, pueden aparecer nuevos, incluso sufrir transformaciones los que ya existen.
Los lunares son inofensivos y no tienen que ser extirpados, pero a partir de lunares no cancerosos puede formarse un melanoma maligno. Por ello, un lunar que tenga aspecto sospechoso debería ser extirpado y examinado. Es importante tener en cuenta los cambios en un lunar como un agrandamiento, inflamación, cambios de color, hemorragia, picor o dolor.
Los lunares atípicos, también nevos displásicos, son formaciones planas o abultadas de piel oscura mayores que los lunares ordinarios, de más de un centímetro de diámetro y no son necesariamente redondos. Su color varía desde el tostado hasta el pardo oscuro, sobre un fondo rosado.
Algunas personas tienen más de un centenar de lunares atípicos, que pueden continuar apareciendo, incluso, pasada la edad madura; pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero son más frecuentes en las zonas cubiertas como las nalgas, el pecho y la cabeza. Esta tendencia a presentar lunares atípicos es hereditaria; el individuo que presenta lunares atípicos y dos o más familiares cercanos que hayan tenido muchos lunares atípicos y melanoma corre un gran riesgo de desarrollar melanoma maligno.
Aquellas personas con lunares atípicos e historia familiar de melanoma, deberán de tener en cuenta cualquier cambio que pueda indicar melanoma maligno, realizar un examen de piel anualmente y controlar si han existido cambios sutiles, ya sea de color o tamaño y si es así, ser extirpado. La radiación solar acelera el desarrollo de los lunares atípicos, por ello los pacientes con lunares atípicos deberían evitar la exposición al sol y usar siempre un filtro solar con un factor de protección 15, que puedan formar una barrera contra los rayos ultravioleta.
Fuente Imagen: Oveja/flickr
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