Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Hay tres estadios de la enfermedad: dermatitis infantil, adolescente y adulta. La dermatitis atópica en bebés aparece normalmente en la cara, el cuero cabelludo y la parte alta del tórax. En los primeros años se extiende a los pliegues del cuerpo (codos, rodillas y tobillos), y en la edad adulta se puede manifestar en todo el cuerpo en forma de piel seca y con eccemas.
¿Cuándo aparece?: Este tratorno puede aparecer a partir de los dos o tres meses de edad, y el desencadenante es normalmente un cambio, por ejemplo, de alimentación o clima. Sin embargo, ese cambio no suele ser el origen del problema y la enfermedad seguirá su curso aunque volvamos a la situación anterior.
¿Cuál es el origen?: Muchas veces es desconocido; en otros casos se ha descubierto una relación entre este tipo de dermatitis y algunas alegias habituales, por ejemplo al polen o lo ácaros. Recientemente se está estudiando la relación entre la dermatitis atópica y cierto tipo de alimentos. Cuando la causa es un alimento, la dermatitis desaparece al retirarlo, sin embargo, en la mayoria de los casos, la enfermedad es crónica.
¿Cómo evoluciona?: En general se dan tres brotes al año: uno en otoño, otro en invierno y un tercero en primavera. El trastorno mejora mucho o desaparece en verano. Si se mantiene más allá de estos tres brotes al año, el médico piensa en otra causa alérgica: a los ácaros, pólenes, contacto con animales, alimentos….
¿Quién es más propenso a sufrirla?: Está demostrado qeu existe una predisposición genética, auqnue no se conoce el gen relacionado con este trastorno. Los niños cuyos padres han tenido dermatitis atópica o asma de pequeños tienen más probabilidades de sufrirla.
¿Desaparece?: Puede ser, pero no a corto plazo. La dermatitis atópica es una enfermedad crónica que puede acompañar al niño durante años. En algunos casos desaparece a medida que crece, pero lo más freceunte es que no vuelva a aparecer desde la adolescencia (en el 80% de los casos).
¿Cómo controlarla?: Un favor clave para controlar los brotes es monimizar el rascado. Este prolonga cada brote, ya que descama más la piel y favorece la picazón. Además, es importante respetar ciertos cuidados básicos de la piel, y aplicar el tratamiento dusrante las crisis.
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