Enviado por Gonzonet a través de Google Reader:
Es que muchas veces, y muchos de nosotros, salamos tanto los alimentos que lo menos que hacemos es sentir su verdadero sabor, y en consecuencia, terminamos acostumbrándonos a la comida salada y creemos que ése es su sabor (cuando en realidad es el de la sal). Como en todo, la clave está en su "justa medida".
Pero si en tu caso en particular debes evitar la sal porque sufres de hipertensión, mira la cantidad de otras opciones que tienes para aderezar tus platillos, y de una forma natural y más saludable:
*Primero, las hierbas frescas son excelentes "saborizantes": el perejil y la albahaca, son dos grandes "estrellas" en este objetivo que dar sabor a las comidas. El ajo y las cebollas finamente picadas también son buenas y nutritivas alternativas.
*El limón, refrescante para el verano, de fragancia reconfortante y con buen aporte nutricional (vitamina C, pero también del grupo B y minerales como el potasio, magnesio y calcio, entre otros), no sólo se puede utilizar para aderezar ensaladas y alimentos frescos, sino también para saborizar, por ejemplo, arroces.
*Especias y hierbas secas como el azafrán, el comino, la canela, el eneldo y estragón, el laurel, hinojo, pimentón y pimienta, tomillo, romero, orégano, la salvia, mostaza, la menta, entre muchos otros.
Finalmente recuerda que la necesidad de sodio diaria es limitada, como mínimo se requiere de 1,6 gramos de este mineral, lo que equivale a unos 4 gramos de sal. La Organización Mundial de la Salud, por su parte, no recomienda consumir más de unos 6 gramos de sal por día, esto es, algo así como una cucharadita y media al ras.
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